Cada vez son más las publicaciones científicas y de todo tipo, que aportan evidencias de los beneficios del silencio sobre el cerebro.
Aunque algunas músicas pueden ser muy relajantes, algunos estudios han demostrado que las pausas entre canciones resultaban fisiológicamente más relajantes para el cerebro.
La ausencia de ruido ambiental crea nuevas células cerebrales, mejora la memoria y tiene un potente efecto antiestrés que beneficia a nuestro estado emocional.
Como dice Michel Le Van Quyen en esta entrevista:
“Existe un silencio exterior, que es la ausencia de ruido, y un silencio interior: aquellos momentos en que conseguimos reducir el ruido de fondo de nuestros pensamientos, ambos son esenciales para nuestra salud“.
Este silencio mental que resulta terapéutico, es lo que vamos conquistando con la práctica sostenida de la meditación.
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